El Valle del río Asón se localiza en la parte oriental de la Comunidad Autónoma de Cantabria. Las primeras evidencias de explotación del litoral en esta zona datan de principios del siglo XX. Si bien el Padre Sierra ya documenta el hallazgo de un conchero en la cueva de La Doncella (Montehano), las primeras evidencias extraídas de una excavación sistemática son las de la cueva de El Valle (Rasines), con niveles del Magdaleniense superior y del Aziliense. En esta excavación se documentaron escasos restos de moluscos marinos, pero una gran cantidad de caracoles terrestres, especialmente en el nivel aziliense. A lo largo del siglo XX, otros yacimientos han proporcionado moluscos marinos y terrestres entre sus materiales, como por ejemplo las cuevas de La Chora y El Otero (Voto). En los últimos años, las excavaciones llevadas a cabo en otros yacimientos como El Perro y La Fragua en Santoña, Cofresnedo y Cubío Redondo en Matienzo, El Horno y El Mirón en Ramales y El Tarrerón en Lanestosa han aportado nuevos e importantes datos para el conocimiento de la explotación de moluscos por parte de los grupos humanos prehistóricos en la zona, desde el final del Paleolítico a los inicios del Neolítico.
Figura 1: Desembocadura del rio Asón (Cantabria)
En primer lugar, ha sido posible confirmar una menor explotación de especies marinas desde los yacimientos situados al interior, aunque en algunos de ellos se produce una recolección significativa de caracoles terrestres (El Valle, nivel 3 de La Fragua, Cubío Redondo). Por tanto, parece que la rentabilidad de la explotación del litoral guarda una estrecha relación con la distancia de los asentamientos a la costa. Así, en yacimientos interiores como El Horno, El Tarrerón o Cofresnedo la presencia de moluscos marinos es anecdótica.
En segundo lugar, las especies explotadas han cambiado a lo largo del tiempo. Así, mientras durante el Magdaleniense superior final y el Aziliense las principales especies explotadas son la lapa Patella vulgata y el bígaro Littorina littorea, durante el Mesolítico lo van a ser las lapas Patella intermedia y Patella vulgata y la mincha Osilinus lineatus, si bien también va a crecer la importancia del mejillón Mytilus galloprovincialis. La mayor parte de estos cambios en las especies seleccionadas están relacionados con los cambios climáticos que se producen durante el Tardiglaciar y especialmente con la llegada del Holoceno. Esto es así, ya que cada especie tiene unas preferencias climáticas concretas.
Las zonas de recolección no han sufrido cambios bruscos y así, las zonas medias y altas del intermareal en ambientes rocosos de la costa abierta han sido preferentemente explotadas. Sin embargo, durante el Mesolítico, aunque la base de la recolección es similar a los períodos anteriores también se observa un aumento en la explotación de zonas bajas y del estuario.
En segundo lugar, las especies explotadas han cambiado a lo largo del tiempo. Así, mientras durante el Magdaleniense superior final y el Aziliense las principales especies explotadas son la lapa Patella vulgata y el bígaro Littorina littorea, durante el Mesolítico lo van a ser las lapas Patella intermedia y Patella vulgata y la mincha Osilinus lineatus, si bien también va a crecer la importancia del mejillón Mytilus galloprovincialis. La mayor parte de estos cambios en las especies seleccionadas están relacionados con los cambios climáticos que se producen durante el Tardiglaciar y especialmente con la llegada del Holoceno. Esto es así, ya que cada especie tiene unas preferencias climáticas concretas.
Las zonas de recolección no han sufrido cambios bruscos y así, las zonas medias y altas del intermareal en ambientes rocosos de la costa abierta han sido preferentemente explotadas. Sin embargo, durante el Mesolítico, aunque la base de la recolección es similar a los períodos anteriores también se observa un aumento en la explotación de zonas bajas y del estuario.